UNA SERIE CANCELADA PERO CON UN FINAL.
¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí a todos los demonios”. G. K. Chesterton.
666 Park Avenue ha llegado a su fin después de su cancelación y la verdad es que no lo ha hecho nada mal. Todas las historias se han ido cerrando y así la investigación de Jane Van Been (Rachael Taylor) la lleva a descubrir toda la verdad sobre los terribles misterios del edificio The Drake y desgraciadamente también a descubrir los oscuros y ocultos secretos de su pasado que la obligan a tomar una difícil decisión en el presente. Igualmente, el triangulo amoroso formado por el matrimonio de Brian Leonard (Robert Buckley) y Louise Leonard (Mercedes Masöhn) con Alexis Blume (Helena Mattsson) termina de forma horrorosa. Alexis descubre que Louise es la persona que la atropelló un tiempo atrás y la dejó paralítica. Todo esto la vuelve una persona más vengativa y más llena de odio e intenta asesinar a Louise aunque finalmente la persona que muere es Alexis. Brian y Louise emparedan el cuerpo de Alexis en un sótano del edificio The Drake pero cuando vuelven de su macabro acto se encuentran con el maléfico Gavin Doran (Terry O’Quinn) que le comenta a Louise si no habrá perdido un pendiente. Cuando Brian y Louise bajan de nuevo hasta las profundidades del Drake y abren la tumba de Alexis para ver si la joya está allí descubren para su sorpresa que el cuerpo no está y entonces aparece Gavin Doran que los empareda vivos a los dos. Por otra parte Sasha (Tessa Thompson), la hija de los Doran que se creía muerta y a la que hemos conocido con el nombre falso de Laurel Harris regresa junto a su progenitores con la secreta misión de matar a su diabólico padre. Sasha fracasa en su misión pero aún así es perdonada por su padre y enviada a través de las misteriosas escaleras de caracol del Drake a una nueva vida.
EL DESTINO DE JANE.
Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz”. Lord Byron.
La pareja formada por Jane Van Been (Rachael Taylor) y Henry Martin (Dave Annable) también se ve afectada por la maldad y la profunda oscuridad que habita en The Drake. Henry continua ascendiendo en su carrera política y Jane está a punto de descubrir una dura verdad que había estado oculta durante años en estos últimos capítulos. Al final, Jane sospecha que su padre fue el culpable de la muerte de su propia madre que fue misteriosamente asesinada. Por otra parte, su padre está muy preocupado porque su hija viva en el mismo edificio donde murió su madre y va a por ella armado con una pistola para sacarla de allí pero no puede evitar que Jane se asuste. Cuando se montan en el ascensor en vez de descender lo que hacen es ascender en el edificio hasta presentarse en la planta donde los espera Gavin Doran. Henry también aparece y Gavin Doran consigue con sus poderes que la pistola del padre de Jane dispare a Henry. El padre de Jane huye aterrorizado y entonces llega el momento de las revelaciones y de las decisiones difíciles.
Gavin Doran le revela a Jane que él es su verdadero padre y no el hombre que acaba de huir y también Gavin Doran le confiesa que es el asesino de su madre. Gavin Doran le ofrece a su hija la posibilidad de salvar a Henry pero le comenta que tendrá que pagar un precio muy alto. Jane acepta el oscuro trato y nos situamos un año después. Así vemos a Jane y a Henry, que está perfectamente, junto al matrimonio Doran. Jane ha cambiado y sus rasgos aunque bellos son más duros y malvados, ahora ella es la cómplice de su perverso y verdadero padre y está embarazada de un niño que según su abuelo va a ser muy especial y que va a traer un “nuevo orden” a este mundo.
Jane ha sucumbido ante el Mal y no ha podido hacer nada para poder evitarlo pero ¿Quién no sería capaz de tomar una decisión tan dura si lo que está en juego es la vida de un ser querido? ¿Puede Jane luchar contra un destino que le viene prefijado por la naturaleza perversa de su propio padre? Ahora Jane es la mano derecha de su padre en el edificio maldito y la futura madre de un ser que muy bien puede ser el Anticristo. Que Dios se apiade de los incautos que caigan en sus manos porque los deseos pueden ser muy peligrosos y el Mal siempre está ahí, escuchando y maquinando para que le entreguemos nuestras ambiciosas almas.
El que sea inteligente, que interprete la cifra de la bestia. Es la cifra de un ser humano, y su cifra es 666”. (Apocalipsis. 13, 18).
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